El Galpón está presentando la obra teatral Viralata, basada en el premiado texto de Fabián Severo que Luis Vidal Giorgi llevó a escena.

“Publicar un libro es también sacárselo de encima” Fabián Severo.

Entrevistas / 22 febrero, 2019 / Carlos Reyes / El País

El Galpón está presentando la obra teatral Viralata, basada en el premiado texto de Fabián Severo que Luis Vidal Giorgi llevó a escena. La novela, que fue distinguida en 2017 con el Premio Nacional de Literatura, ya lanzó su tercera edición (en Estuario Editora), y su lectura es un buen camino para adentrarse en el Uruguay profundo, a través de una obra que alterna realidad y fantasía, crudeza y humor. Su autor, también profesor de literatura, contó a El País detalles de esta exitosa novela, y de su próximo libro.

 

– ¿Cómo nació Viralata?

– Como apuntes sueltos. Mi madre murió en 2013, en Artigas, de donde soy yo. Y ahí entré en un período en el que no escribía nada, pero empecé a soñar con mi madre, de sus últimos días. Y empecé a anotar esos sueños, y curiosamente, a medida que los iba escribiendo, los sueños que tenía iban cambiando. Y pasé a soñar con mi madre joven. Y noté que eso me funcionaba como para hacer el duelo. Pero también me di cuenta que se iba tejiendo una historia con esos textos. Luego imaginé un narrador, e incorporé la idea del árbol genealógico, y la del perro viralata, es decir, sin una raza definida. Jugando un poco con eso de la identidad de la frontera. ¿De dónde somos lo que somos de la frontera?, plantea un poco el libro.

-¿Qué distancia hay de la novela a la puesta en escena?

-Cuando Luis Vidal Giorgi me dijo que había leído mi libro y que le gustaría llevarlo al teatro, yo le dije que se manejara con total libertad. Y me gustó mucho el resultado. Está cuidado algo que yo tuve muy en cuenta en la novela, que es la belleza de las imágenes poéticas sencillas. Y muy bien logrado ese juego entre la ingenuidad del narrador, el humor, y la zona más oscura que tiene la obra.

¿Esta obra se puede inscribir en el realismo mágico?
-Creo que García Márquez y toda la barra del realismo mágico lo que hizo fue darle un nombre a algo que pasaba en nuestro pueblo, y que no sabíamos qué era. Una realidad maravillosa, que si te la cuentan no la creés. Y sin embargo, pasa. Puede haber cierta relación con el realismo mágico, aunque los escritores que yo más leí fueron, de acá de Uruguay, Juan Carlos Onetti. Y Joáo Guimaráes Rosa.

-Hay un montón de escritores del interior que han dinamizado el panorama de la literatura uruguaya…
-Sí, son varios los ejemplos. Además es interesante que están escribiendo desde sus lugares. Porque muchas veces en la historia de la literatura uruguaya hubo escritores que eran del interior, pero se instalaban en Montevideo, e incluso se transformaba en una literatura que era muy montevideana. Y ahora pasa que hay muchos escritores que escriben desde sus lugares, arraigados allí. También tiene que ver con ciertas políticas que se han llevado adelante, que han creado como canales hacia el interior, y eso pudo haber favorecido. Y los medios han ayudado mucho: en la prensa todo eso ha sido reflejado.

-Vos hacés literatura en portuñol. ¿Le encontrás a eso un sentido militante?
-Nunca me planteé reivindicar el portuñol, ni ser el representante de la escritura de frontera. La vida me llevó un poco para ahí. Pero nunca me propuse escribir como un libro manifiesto en defensa del portuñol. No me gusta el panfleto, y ojalá que lo que yo cuente en mi literatura sea universal. Pero solo puedo escribir de lo que conozco.

-¿Ya tenés tu próxima novela?
-Sí, hace cuatro años que trabajo en ella. Nació en 2006, también con un sueño que tuve. Y hasta 2010, estuve intentando interpretar ese sueño, e hice algunas anotaciones. Y después que terminé Viralata, escribí el primer capítulo de esta nueva historia. Y ahora está pronta, y se la mostré a Milton Fornaro, que es a quien siempre le muestro lo que escribo. Y me dijo que era una historia que merecía existir. Ahora falta publicarlo, supongo que este año. Me gustaría publicarlo, porque publicar un libro también es sacárselo de encima.

-¿De qué se trata?
-Es la historia de un pueblo, donde la gente que entierra sus muertos allí los puede seguir escuchando. El pueblo vive de ese cementerio. Y el problema que plantea la historia, es que uno no sabe al final quién está vivo y quién está muerto. Ni siquiera si el narrador está vivo. O sea que es una historia sobre la vida, la muerte, y ese estado intermedio, ese muerto en vida. Eso que Dante señala de los indiferentes.

´¿De dónde somos los que somos de la frontera?, plantea un poco el libro`(Viralata)`Nunca me propuse escribir un libro manifiesto en defensa del portuñol`.

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