Una propuesta lúcida, poética y repleta de humor inteligente.
Un viaje infinito en la historia y que sin embargo transcurre en el corto espacio que va de un camerino al escenario.
Francisco Sánchez, Gaspar Campuzano y Enrique Bustos, los tres actores clásicos de La Zaranda, su núcleo duro, interpretan esta oda a la esperanza, que sigue a través de su lenguaje único la personal línea satírica, irónica y humana que tanto caracteriza a La Zaranda, una de las compañías más interesantes de la escena española.
Con casi medio siglo de trayectoria, La Zaranda ha construido una sólida reputación a nivel internacional gracias a su enfoque comprometido y su exploración constante de una poética trascendental.
Entre sus trabajos más destacados se encuentran obras como La batalla de los ausentes (2021), El desguace de las musas (2019) y Ahora todo es noche (2017), entre otras. A lo largo de su carrera, esta compañía teatral fue galardonada por su compromiso existencial y su capacidad para entrelazar lo cotidiano con lo simbólico, utilizando objetos emblemáticos que dotan de un fuerte componente visual a sus puestas.
Para quienes deseen comprender la magnitud del impacto de La Zaranda en el teatro, es crucial resaltar su habilidad para encapsular emociones y pensamientos universales a través de una narrativa sencilla pero profunda. Este estilo ha sido descrito por críticos como una “búsqueda incesante de la memoria y la reflexión”.
La Zaranda o una filosofía de la inestabilidad.
Extractos de DIARIO RED – Alvaro Vicente.
La mítica compañía jerezana fundada en 1978 presenta: Manual para armar un sueño, un juego de espejos, viajes e infiernos donde se hacen la autopsia a sí mismos para seguir viviendo en y del teatro.
Premio Nacional de Teatro en 2008, se trata de una de las compañías más longevas del panorama español, con su controvertido alias a cuestas: primero Teatro Inestable de Andalucía la Baja; luego, Teatro Inestable de Ninguna Parte. Nómadas del rito ancestral y puro. Buscadores incansables del secreto del teatro. Alquimistas de lo sagrado y lo profano que convocan a su feligresía allá donde van, sobre todo en Latinoamérica, donde se les quiere y venera.
Les circunda un aura genuina que ha generado multitud de imitadores, un cierto sello zarandesco. Y hay quien piensa que ya no hacen otra cosa que lo mismo, a perpetuidad. Pero hacer lo que saben con la lucidez acostumbrada es su reinvención constante, como dejando claro que siempre se le puede encontrar una arista más a la esencia de este arte tan viejo.
Este Manual para armar un sueño es una divina tragicomedia tan dantesca como quijotesca.
Y así avanza el viaje hacia uno mismo, el viaje del actor, el viaje del artista, minería visceral que aparta la piedra arenosa que se humilla aplastada por la mano y sigue picando en busca de la gema.
Solemne travesía no exenta de carcajada, la que se desgaja de las artes paródicas, sarcásticas y satíricas que despliega este trasunto de Quijote y Sancho cruzados por Dante y Virgilio cuando atraviesan las puertas de la fama, la envidia, la usura, la burocracia y el lamento.
Retrato inmisericorde de la inutilidad que el oficio del arte debe soportar de parte de aquellos lamebotas que ocupan puestos de responsabilidad.
Iluminación: Peggy Bruzual
Vestuario: Encarnación Sancho
Ayudante de dirección: Andrea Delicado